"SED, PUES, Vosotros Perfectos, Como
Vuestro Padre Que Está En Los Cielos Es Perfecto". Mt. 5:48
LA
PALABRA "PUES" IMPLICA UNA CONCLUSIÓN, una deducción que
surge de lo que ha precedido. Jesús acaba de describir a sus oyentes la
misericordia y el amor inagotables de Dios, y por lo tanto les ordena ser
perfectos. Porque vuestro Padre celestial "es
benigno para con los ingratos y malos", *Lucas 6:35. pues se ha
inclinado para elevarnos; por eso, dice Jesús, podéis llegar a ser semejantes a
él en carácter y estar en pie sin defecto en la presencia de los hombres y los
ángeles.
LAS CONDICIONES PARA OBTENER LA VIDA ETERNA,
BAJO LA GRACIA, son exactamente las
mismas que existían en Edén: una justicia perfecta, armonía con Dios y completa
conformidad con los principios de su ley.
LA
NORMA DE CARÁCTER Presentada En El Antiguo Testamento es la misma que se presenta
en el Nuevo Testamento. No es una medida o norma que no podamos alcanzar.
CADA
MANDATO
o precepto que Dios da tiene como base la promesa más positiva. Dios ha
provisto los elementos para que podamos llegar a ser semejantes a él, y lo
realizará en favor de todos aquellos que no interpongan una voluntad perversa y
frustren así su gracia.
DIOS
NOS AMÓ CON AMOR INDECIBLE, y nuestro amor hacia él aumenta a medida que
comprendemos algo de la largura, la anchura, la profundidad y la altura de este
amor que excede todo conocimiento. Por la revelación del 67 encanto atractivo
de Cristo, por el conocimiento de su amor expresado hacia nosotros cuando aún
éramos pecadores, el corazón obstinado se ablanda y se somete, y el pecador se
transforma y llega a ser hijo del cielo.
DIOS
NO UTILIZA MEDIDAS COERCITIVAS; el agente que emplea para expulsar el pecado
del corazón es el amor. Mediante él, convierte el orgullo en humildad, y la
enemistad y la incredulidad, en amor y fe.
LOS
JUDÍOS
habían luchado afanosamente para alcanzar la perfección por sus propios
esfuerzos, y habían fracasado Ya les había dicho Cristo que la justicia de
ellos no podría entrar en el reino de los cielos. Ahora les señala el carácter
de la justicia que deberán poseer todos los que entren en el cielo.
EN
TODO EL SERMÓN DEL MONTE describe los frutos de esta justicia, y ahora
en una breve expresión señala su origen y su naturaleza: Sed perfectos como
Dios es perfecto.
LA LEY no es más que una transcripción
del carácter de Dios.
CONTEMPLAD
EN VUESTRO PADRE CELESTIAL una manifestación perfecta de los principios
que constituyen el fundamento de su gobierno.
DIOS
ES AMOR.
Como los rayos de la luz del sol, el amor, la luz y el gozo fluyen de él hacia
todas sus criaturas. Su naturaleza es dar.
LA
MISMA VIDA DE DIOS es la manifestación del amor abnegado.
NOS
PIDE QUE SEAMOS PERFECTOS COMO ÉL, es decir, de igual manera.
DEBEMOS SER CENTROS DE LUZ y bendición para nuestro reducido círculo, así
como él lo es para el universo. No
poseemos nade por nosotros mismo, pero la luz del amor brilla sobre nosotros y
hemos de reflejar su resplandor. Buenos gracias al bien proveniente de Dios,
podemos ser perfectos en nuestra esfera, así como él es perfecto en la suya.
DIJO
JESÚS:
Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto.
SI
SOIS HIJOS DE DIOS, sois participantes de su naturaleza y no podéis menos que
asemejaros a él. Todo hijo vive gracias a la vida de su padre. Si sois hijos de
Dios, engendrados por su Espíritu, vivís por la vida de Dios.
EN
CRISTO
"habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad"; y la vida de
Jesús se manifiesta "en nuestra carne 68 mortal". Esa vida producirá en nosotros el mismo carácter y manifestará
las mismas obras que manifestó en él.
ASÍ ESTAREMOS EN ARMONÍA CON CADA PRECEPTO DE SU LEY, porque "la ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma". Mediante el amor, "la justicia de la ley" se cumplirá "en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". Colosenses 2:9; 2 Corintios 4:11; Salmo 19:7; Romanos 8:4. 69
(El Sermón Del Monte/DMJ) EGW
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