
08. "NO NOS DEJES CAER EN
TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL". MT. 6:13; LUC. 11:4.
La tentación es incitación al pecado,
cosa que no procede de Dios, sino de Satanás y del mal que hay en nuestros
propios corazones. "Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a
nadie". *Santiago 1:13.
Satanás trata de arrastrarnos a la
tentación, para que el mal de nuestros caracteres pueda revelarse ante los
hombres y los ángeles, y él pueda reclamarnos como suyos.
En la profecía simbólica de Zacarías,
se ve a Satanás de pie a la diestra del Ángel del Señor, acusando a Josué, el
sumo sacerdote, que aparece vestido con ropas sucias y resistiendo la obra que
el Ángel desea hacer por él. Así se representa la actitud de Satanás hacia cada
alma que Cristo trata de atraer. El enemigo nos induce a pecar, y luego nos
acusa ante el universo celestial como indignos del amor de Dios.
Pero "dijo Jehová a Satanás:
Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.
¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?"
Y a Josué dijo: "Mira
que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala".
*Zacarías 3:1-4.
EN SU GRAN AMOR, Dios procura
desarrollar en nosotros las gracias preciosas de su Espíritu. Permite que
hallemos obstáculos, persecución y opresiones, pero no como una maldición, sino
como la bendición más grande de nuestra vida.
Cada tentación resistida, cada
aflicción sobrellevada valientemente, nos da nueva experiencia y nos hace
progresar en la tarea de edificar nuestro carácter.
El alma que 100 resiste la tentación mediante el
poder divino revela al mundo y al universo celestial la eficacia de la gracia
de Cristo.
Aunque la prueba no debe
desalentarnos por amarga que sea, Hemos de orar que Dios No Permita que seamos
puestos en situación de ser seducidos por los deseos de nuestros propios
corazones malos.
Al elevar la oración que nos enseñó
Cristo, nos entregamos a la dirección de Dios y le pedimos que nos guíe por
sendas seguras.
NO PODEMOS ORAR ASÍ Con Sinceridad y decidir luego que
andaremos en cualquier camino que elijamos. Aguardaremos que su mano nos guíe y
escucharemos su voz que dice: "Este es el camino, andad por él".
*Isaías 30:21. Es peligroso detenerse para
contemplar las ventajas de ceder a las sugestiones
de Satanás.
El Pecado Significa Deshonra y ruina
para toda alma que se entrega a él;
Pero es de naturaleza tal que ciega y
engaña, y nos tentará con presentaciones lisonjeras.
Si nos aventuramos en el
terreno de Satanás, no hay seguridad de que seremos protegidos contra su poder.
En cuanto sea posible debemos cerrar todas las puertas por las cuales el
tentador podría llegar hasta nosotros.
El Ruego "No nos dejes caer en
tentación" Es una promesa en sí mismo.
Si nos entregamos a Dios, se nos
promete: "No os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino
dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar". *1Cor. 10:13.

LA ÚNICA Salvaguardia Contra el mal Consiste en que mediante la fe en su justicia Cristo
more en el corazón.
La tentación tiene poder sobre
nosotros porque existe egoísmo en nuestros corazones.
Pero cuando contemplamos el gran amor
de Dios, vemos el egoísmo
en su carácter horrible y repugnante, y deseamos que
sea expulsado del alma.
A medida que el Espíritu Santo glorifica a Cristo,
nuestro corazón se ablanda y se somete,
la tentación pierde su poder y la
gracia de Cristo transforma el carácter.
Cristo no abandonará al alma por la
cual murió. Ella puede dejarlo a él y ser vencida por la tentación; pero 101 nunca puede apartarse Cristo de uno
a quien compró con su propia vida.
Si pudiera agudizarse nuestra visión
espiritual, veríamos almas oprimidas
y sobrecargadas de tristeza, a punto de morir de desaliento.
Veríamos ángeles volando rápidamente para socorrer a estos tentados,
quienes se
hallan como al borde de un precipicio.
Los ángeles del cielo rechazan las
huestes del mal que rodean a estas almas,
y las guían hasta que pisen un
fundamento seguro.
Las batallas entre los dos ejércitos son tan reales como las
que sostienen los ejércitos del mundo, y del resultado del
conflicto espiritual dependen los destinos eternos.
A nosotros, como a Pedro, se nos
dice: "Satanás os ha pedido para zarandearas como a trigo; pero yo he
rogado por ti, que tu fe no falte". Gracias a Dios, no se nos deja solos.
El que "de tal manera amó... al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna", no nos abandonará en la lucha contra el enemigo de Dios v de los
hombres.
"He aquí -dice- os doy potestad
de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará". *Lucas 22:31, 32; Juan 3:16; Lucas 10:19.
Vivamos en contacto con el Cristo
vivo, y él nos asirá firmemente con una mano que nos guardará para siempre.
Creamos en el amor con que Dios nos ama, y estaremos seguros; este amor es una
fortaleza inexpugnable contra todos los engaños y ataques de Satanás.
"Torre fuerte es el nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será
levantado". * Proverbios 18:10. DMJ 99-101/EGW/MHP